Honremos a Villota en este Bicentenario
La llegada del Bicentenario de la Independencia de Chile en este 2010, obliga indudablemente a los teninos a reconocer la figura de este gran patriota nuestro, hombre destacado en las páginas de honor de la Historia de Chile y del Ejército. La ciudad de Teno, la alcaldesa de nuestra comuna, Sandra Valenzuela Pérez, y el resto de nuestras autoridades comunales, de acuerdo a la resolución del Gobierno Regional de Maule, en orden a levantar en todas las comunas de la Región del Maule un recordatorio o memorial del Bicentenario, han determinado que se difunda el papel del guerrillero tenino, Francisco Villota Pérez-Cotapos, de gran importancia en nuestra historia patria, a fin de que todos los teninos y curicanos, conozcamos en mejor forma su ejemplo de valentía y entrega por la nación.
Igualmente, se prepara un proyecto cultural de la comuna, de manera de levantar en nuestra ciudad un monumento ecuestre a Francisco Villota en Teno, a cargo de un escultor de importancia y con financiamiento de parte del Gobierno Regional del Maule, a fin de que todas las generaciones presentes y futuras, reconozcamos en Villota a nuestro héroe y su gran ejemplo de amor por la Patria. Este proyecto debe estar presentado antes del 30 de julio de 2009. Se trabaja igualmente en un libro con la biografía de nuestro héroe, trabajo en que avanza el investigador histórico que les remite esta información, el que debe estar confeccionado para los primeros días del 2010, oportunidad en que podríamos inaugurar el monumento ecuestre a Francisco Villota, nuestro héroe de la Independencia de Chile.
Los actuales descendientes en Chile de Francisco Villota, han autorizado al municipio de Teno a trasladar los restos del héroe tenino de la Independencia a nuestra ciudad, desde la Iglesia de San Francisco en Curicó, hechos en que se trabaja en estos momentos junto a historiadores, arqueólogos y religiosos de la orden de San Francisco y del Obispado de Talca, e igualmente se busca el mejor lugar en donde se depositarán sus restos en forma definitiva en nuestra ciudad.
Francisco Villota Pérez-Cotapos, es un nuestro héroe destacado en la Independencia de Chile. Como comuna, gracias a él y a otros valientes patriotas teninos, tenemos un lugar de importancia en el proceso de la Independencia de Chile. Nuestros antepasados fueron actores de relieve junto a los próceres de la Patria en este proceso que nos dio libertad. Reconozcamos en la figura de nuestro héroe, Francisco Villota, al hombre valiente y decidido que no trepidó en ofrecer su vida, para vernos libres y sin el yugo de la opresión.
Francisco Villota es nuestro mejor sable y pistola patriota de todos los tiempos. Lugarteniente del gran guerrillero patriota Manuel Rodríguez, espía, emisario, guerrillero, su labor por la Patria es significativa y abundante.
Motivémonos a darle la honra y honor que se merece. Únete a la gran cruzada patriota para traer sus restos a Teno y levantar en su honor un monumento ecuestre, en que reconocemos su entrega. Es la mejor forma como celebraremos el Bicentenario de la Independencia de Chile en Teno, en el ya cercano 2010.
martes, 22 de diciembre de 2009
Huída a Huemul y muerte de Villota
Francisco Villota y su guerrilla huyeron a Comalle en busca de refugio. Allí se disgregaron cada uno a sus casas o escondites. Villota organizó los asuntos en la hacienda y huyó rumbo a las tierras más lejanas de la estancia, tierras que la familia Villota tenía y que comprendían hasta Huemul.
El coronel Antonio Morgado ordenó el despacho inmediato en persecución de la guerrilla de Villota al capitán Lorenzo Plaza de los Reyes, quien con cincuenta soldados del batallón Chillán y treinta dragones a cargo del teniente Antonio Carrero, llegaron hasta la Hacienda Comalle, amenazando y ofreciendo recompensas a la gente para delatar el paradero de Villota. Tras torturas y ante la negativa de la gente por traicionar a Francisco Villota, el capitán Plaza de los Reyes ordenó ahorcar al joven mayordomo que Villota tenía en la hacienda, José María Leiva, quien murió estrangulado en las vigas de la casona sin que confesara el lugar donde estaba escondido el patriota y su guerrilla.
Por otra parte, el coronel Antonio Morgado ordenó en Curicó ahorcar a los cinco prisioneros patriotas de la guerrilla de Villota. Ellos fueron: Isidro Merino, Luis Manuel Pulgar, Brígido Berríos, Rosauro Quezada y Juan Morales. Como no había verdugo en Curicó, una villa tranquila en aquellos días, Morgado ordenó fusilarlos por la espalda y colgarlos en horcas en la Plaza de Armas. Se aprisionó a respetados vecinos curicanos a quienes se acusó de conspirar y apoyar las guerrillas. Dionisio Perfecto Merino, un importante vecino, fue remitido a Santiago, embarcado en la fragata “Callao” y enviado conjuntamente con otros patriotas que luchaban por la causa independentista, a los presidios del Perú.
El capitán Plaza de los Reyes ardía en furia y soñaba con dar con el paradero de Villota. El 27 de enero, mientras realizaba un patrullaje dio con la guerrilla patriota de Francisco Villota en las tierras más orientales de la familia Villota en Huemul. Allí tropas guerrilleras y españolas se trazaron en una lucha fiera en las montañas de Huemul, que conducen a Argentina.
Lamentablemente, los caballos de los patriotas estaban desensillados pues descansaban, mientras aguardaban los días de la llegada del Ejército Libertador en la avanzada de Ramón Freire, quien llegaría a Chile precisamente por el paso del Planchón, algo que sabían. Francisco Villota intentó resistir la brega, pero la tropa española rompió los fuegos contra los patriotas y trece teninos cayeron acribillados. Se produce la fuga de los guerrilleros.
El corcel de Francisco Villota, un brioso caballo blanco que al perecer lo montó Villota a pelo, se atascó en un lodazal mientras arrastraba a los españoles tras el, a fin de que sus hombres huyeran. Villota desmontó y se aprestó a morir peleando. Mientras amartilla una pistola para disparar a un soldado del batallón Chillán que se viene a atacarlo de frente, Fermín Sánchez, un dragón español lo ataca por detrás y le da un sablazo que le arroja al suelo mortalmente herido. Luego llegan otros soldados y lo ultiman a bayonetazos. Así acaba su vida por la Patria el valiente héroe nuestro, Francisco Villota Pérez-Cotapos, el líder tenino de la Independencia de Chile en la zona, muerto el 27 de enero de 1817 en la Batalla de Huemul, como es conocida.
Ninguno de los españoles que lo asesinan conocía a Francisco Villota. Hasta llegan a confundirlo con otro patriota tenino, Manuel Antonio Labbé, quien se salvó de la lucha huyendo junto a otros patriotas locales hacia los contrafuertes cordilleranos. Los españoles trajeron su cadáver hasta la Hacienda de los Labbé, en la actual Domingo Mancilla, en donde lo presentaron a su familia. Estos reconocieron al héroe tenino, Francisco Villota Pérez-Cotapos y lloraron su muerte. Recién comprendieron los españoles que habían muerto al hombre más importante y más valiente de todos los patriotas curicanos en la zona, después de Manuel Rodríguez.
Francisco Villota fue llevado en la grupa de un caballo a Curicó, y con un evidente lujo de crueldad y ultraje a la opinión pública curicana, el coronel Morgado lo exhibió desnudo en una horca en plena Plaza de Armas de la villa, horca que se levantó ex profeso el día 28 de enero, frente a la cárcel.
Los religiosos de la orden de San Francisco solicitaron permiso para enterrarlo, siendo vestido con los hábitos religiosos y enterrado en la Iglesia de San Francisco de Curicó, lugar en donde están sus restos hasta el día de hoy.
Los acontecimientos de la guerra en el proceso independentista siguieron sucediéndose en buena forma para las tropas patriotas. Ramón Freire llegó con la avanzada del Ejército Libertador por el Paso del Planchón, en donde se le unieron fielmente las tropas de las guerrillas teninas de Villota y Neira, sobrevivientes de la Batalla de Huemul. Freire prosiguió hacia el sur por la cordillera y atacó Cumpeo con victoria, lugar donde habían muchos patriotas. De allí se dirigió a Talca, la que también asaltó con éxito.
El coronel Antonio Morgado ordenó el despacho inmediato en persecución de la guerrilla de Villota al capitán Lorenzo Plaza de los Reyes, quien con cincuenta soldados del batallón Chillán y treinta dragones a cargo del teniente Antonio Carrero, llegaron hasta la Hacienda Comalle, amenazando y ofreciendo recompensas a la gente para delatar el paradero de Villota. Tras torturas y ante la negativa de la gente por traicionar a Francisco Villota, el capitán Plaza de los Reyes ordenó ahorcar al joven mayordomo que Villota tenía en la hacienda, José María Leiva, quien murió estrangulado en las vigas de la casona sin que confesara el lugar donde estaba escondido el patriota y su guerrilla.
Por otra parte, el coronel Antonio Morgado ordenó en Curicó ahorcar a los cinco prisioneros patriotas de la guerrilla de Villota. Ellos fueron: Isidro Merino, Luis Manuel Pulgar, Brígido Berríos, Rosauro Quezada y Juan Morales. Como no había verdugo en Curicó, una villa tranquila en aquellos días, Morgado ordenó fusilarlos por la espalda y colgarlos en horcas en la Plaza de Armas. Se aprisionó a respetados vecinos curicanos a quienes se acusó de conspirar y apoyar las guerrillas. Dionisio Perfecto Merino, un importante vecino, fue remitido a Santiago, embarcado en la fragata “Callao” y enviado conjuntamente con otros patriotas que luchaban por la causa independentista, a los presidios del Perú.
El capitán Plaza de los Reyes ardía en furia y soñaba con dar con el paradero de Villota. El 27 de enero, mientras realizaba un patrullaje dio con la guerrilla patriota de Francisco Villota en las tierras más orientales de la familia Villota en Huemul. Allí tropas guerrilleras y españolas se trazaron en una lucha fiera en las montañas de Huemul, que conducen a Argentina.
Lamentablemente, los caballos de los patriotas estaban desensillados pues descansaban, mientras aguardaban los días de la llegada del Ejército Libertador en la avanzada de Ramón Freire, quien llegaría a Chile precisamente por el paso del Planchón, algo que sabían. Francisco Villota intentó resistir la brega, pero la tropa española rompió los fuegos contra los patriotas y trece teninos cayeron acribillados. Se produce la fuga de los guerrilleros.
El corcel de Francisco Villota, un brioso caballo blanco que al perecer lo montó Villota a pelo, se atascó en un lodazal mientras arrastraba a los españoles tras el, a fin de que sus hombres huyeran. Villota desmontó y se aprestó a morir peleando. Mientras amartilla una pistola para disparar a un soldado del batallón Chillán que se viene a atacarlo de frente, Fermín Sánchez, un dragón español lo ataca por detrás y le da un sablazo que le arroja al suelo mortalmente herido. Luego llegan otros soldados y lo ultiman a bayonetazos. Así acaba su vida por la Patria el valiente héroe nuestro, Francisco Villota Pérez-Cotapos, el líder tenino de la Independencia de Chile en la zona, muerto el 27 de enero de 1817 en la Batalla de Huemul, como es conocida.
Ninguno de los españoles que lo asesinan conocía a Francisco Villota. Hasta llegan a confundirlo con otro patriota tenino, Manuel Antonio Labbé, quien se salvó de la lucha huyendo junto a otros patriotas locales hacia los contrafuertes cordilleranos. Los españoles trajeron su cadáver hasta la Hacienda de los Labbé, en la actual Domingo Mancilla, en donde lo presentaron a su familia. Estos reconocieron al héroe tenino, Francisco Villota Pérez-Cotapos y lloraron su muerte. Recién comprendieron los españoles que habían muerto al hombre más importante y más valiente de todos los patriotas curicanos en la zona, después de Manuel Rodríguez.
Francisco Villota fue llevado en la grupa de un caballo a Curicó, y con un evidente lujo de crueldad y ultraje a la opinión pública curicana, el coronel Morgado lo exhibió desnudo en una horca en plena Plaza de Armas de la villa, horca que se levantó ex profeso el día 28 de enero, frente a la cárcel.
Los religiosos de la orden de San Francisco solicitaron permiso para enterrarlo, siendo vestido con los hábitos religiosos y enterrado en la Iglesia de San Francisco de Curicó, lugar en donde están sus restos hasta el día de hoy.
Los acontecimientos de la guerra en el proceso independentista siguieron sucediéndose en buena forma para las tropas patriotas. Ramón Freire llegó con la avanzada del Ejército Libertador por el Paso del Planchón, en donde se le unieron fielmente las tropas de las guerrillas teninas de Villota y Neira, sobrevivientes de la Batalla de Huemul. Freire prosiguió hacia el sur por la cordillera y atacó Cumpeo con victoria, lugar donde habían muchos patriotas. De allí se dirigió a Talca, la que también asaltó con éxito.
Pasos de Villota
Últimos días de la Patria Vieja
Eran los últimos días de la Patria Vieja en nuestra novel nación, donde las milicias curicanas huyeron ante los ejércitos, replegándose a San Fernando, pues consideraron que no estaban preparados militarmente para hacer frente a un ejército poderoso con una estructura netamente militar. Los habitantes de Curicó, Teno y la zona viven en medio de la mayor alarma. La llegada de las fuerzas españolas produjo en Curicó represalias y vejaciones en contra de los habitantes
Se producen las batallas de Cancha Rayada y la pérdida de Talca, Membrillar, El Quilo, Quechereguas en Molina, el desastre de Yerbas Buenas y la firma del Tratado de Lircay. Finalmente, las derrotas patriotas se suceden una tras otra, y se produce la temida llegada de las tropas del general Osorio a Curicó. Muchas familias curicanas huyen al norte o a los campos.
Tras las desavenencias entre los líderes Carrera y O’Higgins y las derrotas en las tropas chilenas, se produce el Desastre de Rancagua y la huida de las familias criollas al exilio a la Argentina, pues las tropas españolas ingresan a Santiago. Este es el llamado período de la Reconquista, que tantos dolores nos traería como chilenos.
Huida a la Argentina
Una de las muchas familias que huyeron a Cuyo y a Mendoza, fue la reciente familia formada por Francisco Villota y su mujer María del Carmen Palazuelos, los que ya estaban ampliamente envueltos en la causa independentista, quienes huyen en mayo de 1816 por el Paso del Planchón, aquí en las cercanías de Los Queñes, rumbo a la Argentina. María del Carmen estaba embarazada de seis meses.
La llegada de Villota a Mendoza, en donde estaban siendo reunidos los chilenos por San Martín, significó hambre y privaciones para ellos. Vivieron en una pieza pequeña, de allegados, mientras trabajaban haciendo armas y ropas para el ejército que libertaría a Chile. El 4 de agosto de 1816, nace en Mendoza, Francisco Nieves del Carmen, el hijo de Villota en el exilio, siendo visitado y felicitados sus padres por los próceres Manuel Rodríguez, José de San Martín y Bernardo O’Higgins.
Envío a Chile a formar guerrillas
Los acontecimientos en Chile, en donde la brutalidad del Gobernador de Chile, Casimiro Marcó del Pont, del capitán Vicente San Bruno y de los soldados Talaveras significaba muchos sufrimientos para los curicanos y chilenos, determinó entre otras cosas a los próceres en Mendoza, enviar a Chile a Manuel Rodríguez y a Francisco Villota para formar las guerrillas y adelantar la llamada guerra de zapa. Había que disponer de buenas informaciones, enviar espías a diversos lugares, emisarios confiables, etc. También había que expandir la propaganda revolucionaria por todos los lugares e informar a los chilenos de la formación del ejército que se preparaba en Mendoza, para liberar a Chile.
Sin embargo, la acción más importante que se encomendó a Rodríguez, Villota y otros hombres probados en la causa independentista, fue la formación de guerrillas disuasivas en diversos lugares de Chile, de manera de confundir y disgregar el ejército de los españoles, a fin de desplazarlos por diversos sectores a la espera de la llegada del Ejército Libertador. Para ello, había que venirse a Chile y hacer esta labor. Francisco Villota aceptó gustoso y acompañó fielmente a Manuel Rodríguez en estas acciones, dejando a su familia en Mendoza.
En la zona entre San Fernando y Curicó no existían guerrillas organizadas. Rodríguez y Villota las formaron. En Teno se estructuraron las de Paulino Salas, alías “El Cenizo”, y se readaptó la de José Miguel “Bandido” Neira, en Hacienda Teno y Comalle, respectivamente. La del “Bandido” Neira era simplemente una banda de salteadores que flagelaba las casas y haciendas, tanto de realistas como de patriotas. Rodríguez tuvo el mérito de reorientar a Neira para que este se dedicara a asaltar sólo las de los realistas. En uno de los viajes de Rodríguez a Mendoza por El Planchón, le entregó armas y municiones y un despacho de San Martín que le concedía el grado de coronel de milicias.
Vuelta a Comalle
Francisco Villota volvió a la Hacienda de Comalle, ante la alegría de la gente y allí organizó su guerrilla, como si el lugar fuese simplemente una zona que necesitaba de muchos obreros agrícolas. También permitió que la guerrilla de José Miguel Neira se refugiara en sus tierras, haciéndolo el bandido en la Quebrada de Azócar, en el sector de La Fortuna, Comalle, un lugar estratégico en que con sólo atravesar unos cerros podía dirigirse prestamente a Chépica.
José Miguel Neira tenía una banda de 300 hombres fuertemente armados, la que era de temer. Poseía además otros grupos de bandoleros en Cumpeo y Nancagua, en donde desarrollaba un circuito saltando de un lugar a otro. Las guerrillas de Paulino Salas y de Francisco Villota eran similares en cuanto a número. Posteriormente, se unieron los grupos de Salas y de Neira, formando una sola guerrilla realmente poderosa, aunque todo era vigilado por Francisco Villota, en esos momentos la mano derecha de Manuel Rodríguez en la zona de Curicó. La Hacienda de Comalle era uno de los lugares de confianza a donde llegaba Manuel Rodríguez e incluso dormía allí.
Asalto a Curicó
La captura de Melipilla por Manuel Rodríguez, además del asalto a San Fernando, organizado exitosamente por el guerrillero colchagüino, Juan Pablo Ramírez, hechos ocurridos en 1816, motivaron de tal manera a Francisco Villota, que se determinó a sorprender y asaltar la villa de Curicó con ese mismo objeto junto a su gente.
En la noche del 24 de enero de 1817, Francisco Villota movió su guerrilla hasta Curicó y se apostó en el lado oriente, en la actual avenida España. El cuartel de las tropas españolas estaba en la Plaza de Armas, al lado de la cárcel, en el mismo lugar donde hoy está la Gobernación Provincial de Curicó. Villota se había puesto de acuerdo con el cura Juan Félix Alvarado, quien desde el poniente debía atacar con los guerrilleros costinos y encontrarse en la Plaza de Armas con Villota y su gente. Pero, este no se presentó.
Sin embargo, el valor y la decisión firme de Villota por la Patria lo llevó a temerariamente realizar igual el asalto a Curicó. Unos minutos más tarde, se estrellaron sus hombres con una patrulla volante de soldados españoles, ante quienes los guerrilleros patriotas intercambiaron fuegos. Pero, llegó poco después otro refuerzo realista que comenzó a hacer disparos desde los edificios cercanos a la calle Estado.
Los historiadores curicanos señalan que la disciplina de las tropas regulares de los españoles pudo más que el arrojo y espíritu de venganza que tenían los grupos guerrilleros de Francisco Villota y su gente. Al tener enfrente una resistencia seria, la guerrilla de Villota giró confusamente en remolino y huyó en distintas direcciones. Dos guerrilleros murieron y fueron tomados cinco prisioneros.
Eran los últimos días de la Patria Vieja en nuestra novel nación, donde las milicias curicanas huyeron ante los ejércitos, replegándose a San Fernando, pues consideraron que no estaban preparados militarmente para hacer frente a un ejército poderoso con una estructura netamente militar. Los habitantes de Curicó, Teno y la zona viven en medio de la mayor alarma. La llegada de las fuerzas españolas produjo en Curicó represalias y vejaciones en contra de los habitantes
Se producen las batallas de Cancha Rayada y la pérdida de Talca, Membrillar, El Quilo, Quechereguas en Molina, el desastre de Yerbas Buenas y la firma del Tratado de Lircay. Finalmente, las derrotas patriotas se suceden una tras otra, y se produce la temida llegada de las tropas del general Osorio a Curicó. Muchas familias curicanas huyen al norte o a los campos.
Tras las desavenencias entre los líderes Carrera y O’Higgins y las derrotas en las tropas chilenas, se produce el Desastre de Rancagua y la huida de las familias criollas al exilio a la Argentina, pues las tropas españolas ingresan a Santiago. Este es el llamado período de la Reconquista, que tantos dolores nos traería como chilenos.
Huida a la Argentina
Una de las muchas familias que huyeron a Cuyo y a Mendoza, fue la reciente familia formada por Francisco Villota y su mujer María del Carmen Palazuelos, los que ya estaban ampliamente envueltos en la causa independentista, quienes huyen en mayo de 1816 por el Paso del Planchón, aquí en las cercanías de Los Queñes, rumbo a la Argentina. María del Carmen estaba embarazada de seis meses.
La llegada de Villota a Mendoza, en donde estaban siendo reunidos los chilenos por San Martín, significó hambre y privaciones para ellos. Vivieron en una pieza pequeña, de allegados, mientras trabajaban haciendo armas y ropas para el ejército que libertaría a Chile. El 4 de agosto de 1816, nace en Mendoza, Francisco Nieves del Carmen, el hijo de Villota en el exilio, siendo visitado y felicitados sus padres por los próceres Manuel Rodríguez, José de San Martín y Bernardo O’Higgins.
Envío a Chile a formar guerrillas
Los acontecimientos en Chile, en donde la brutalidad del Gobernador de Chile, Casimiro Marcó del Pont, del capitán Vicente San Bruno y de los soldados Talaveras significaba muchos sufrimientos para los curicanos y chilenos, determinó entre otras cosas a los próceres en Mendoza, enviar a Chile a Manuel Rodríguez y a Francisco Villota para formar las guerrillas y adelantar la llamada guerra de zapa. Había que disponer de buenas informaciones, enviar espías a diversos lugares, emisarios confiables, etc. También había que expandir la propaganda revolucionaria por todos los lugares e informar a los chilenos de la formación del ejército que se preparaba en Mendoza, para liberar a Chile.
Sin embargo, la acción más importante que se encomendó a Rodríguez, Villota y otros hombres probados en la causa independentista, fue la formación de guerrillas disuasivas en diversos lugares de Chile, de manera de confundir y disgregar el ejército de los españoles, a fin de desplazarlos por diversos sectores a la espera de la llegada del Ejército Libertador. Para ello, había que venirse a Chile y hacer esta labor. Francisco Villota aceptó gustoso y acompañó fielmente a Manuel Rodríguez en estas acciones, dejando a su familia en Mendoza.
En la zona entre San Fernando y Curicó no existían guerrillas organizadas. Rodríguez y Villota las formaron. En Teno se estructuraron las de Paulino Salas, alías “El Cenizo”, y se readaptó la de José Miguel “Bandido” Neira, en Hacienda Teno y Comalle, respectivamente. La del “Bandido” Neira era simplemente una banda de salteadores que flagelaba las casas y haciendas, tanto de realistas como de patriotas. Rodríguez tuvo el mérito de reorientar a Neira para que este se dedicara a asaltar sólo las de los realistas. En uno de los viajes de Rodríguez a Mendoza por El Planchón, le entregó armas y municiones y un despacho de San Martín que le concedía el grado de coronel de milicias.
Vuelta a Comalle
Francisco Villota volvió a la Hacienda de Comalle, ante la alegría de la gente y allí organizó su guerrilla, como si el lugar fuese simplemente una zona que necesitaba de muchos obreros agrícolas. También permitió que la guerrilla de José Miguel Neira se refugiara en sus tierras, haciéndolo el bandido en la Quebrada de Azócar, en el sector de La Fortuna, Comalle, un lugar estratégico en que con sólo atravesar unos cerros podía dirigirse prestamente a Chépica.
José Miguel Neira tenía una banda de 300 hombres fuertemente armados, la que era de temer. Poseía además otros grupos de bandoleros en Cumpeo y Nancagua, en donde desarrollaba un circuito saltando de un lugar a otro. Las guerrillas de Paulino Salas y de Francisco Villota eran similares en cuanto a número. Posteriormente, se unieron los grupos de Salas y de Neira, formando una sola guerrilla realmente poderosa, aunque todo era vigilado por Francisco Villota, en esos momentos la mano derecha de Manuel Rodríguez en la zona de Curicó. La Hacienda de Comalle era uno de los lugares de confianza a donde llegaba Manuel Rodríguez e incluso dormía allí.
Asalto a Curicó
La captura de Melipilla por Manuel Rodríguez, además del asalto a San Fernando, organizado exitosamente por el guerrillero colchagüino, Juan Pablo Ramírez, hechos ocurridos en 1816, motivaron de tal manera a Francisco Villota, que se determinó a sorprender y asaltar la villa de Curicó con ese mismo objeto junto a su gente.
En la noche del 24 de enero de 1817, Francisco Villota movió su guerrilla hasta Curicó y se apostó en el lado oriente, en la actual avenida España. El cuartel de las tropas españolas estaba en la Plaza de Armas, al lado de la cárcel, en el mismo lugar donde hoy está la Gobernación Provincial de Curicó. Villota se había puesto de acuerdo con el cura Juan Félix Alvarado, quien desde el poniente debía atacar con los guerrilleros costinos y encontrarse en la Plaza de Armas con Villota y su gente. Pero, este no se presentó.
Sin embargo, el valor y la decisión firme de Villota por la Patria lo llevó a temerariamente realizar igual el asalto a Curicó. Unos minutos más tarde, se estrellaron sus hombres con una patrulla volante de soldados españoles, ante quienes los guerrilleros patriotas intercambiaron fuegos. Pero, llegó poco después otro refuerzo realista que comenzó a hacer disparos desde los edificios cercanos a la calle Estado.
Los historiadores curicanos señalan que la disciplina de las tropas regulares de los españoles pudo más que el arrojo y espíritu de venganza que tenían los grupos guerrilleros de Francisco Villota y su gente. Al tener enfrente una resistencia seria, la guerrilla de Villota giró confusamente en remolino y huyó en distintas direcciones. Dos guerrilleros murieron y fueron tomados cinco prisioneros.
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Francisco Villota llega a Teno
Francisco Villota nació en Santiago en 1786 y era hijo del vasco Celedonio Villota Alonso de Zelada y de doña Josefa Pérez-Cotapos Guerrero. Junto a sus 11 hermanos vivió en una cómoda casona ubicada en calle Santo Domingo, esquina de Morandé. Su padre adquirió más tarde la Hacienda Comalle y determinó que la administrasen sus hijos Pedro y Francisco, entre los que destacó este último.
La venida del general José Miguel Carrera a Curicó en abril de 1813, gatilló el deseo de Francisco Villota por conocerle e ir a esa villa en aquellos días para escucharle. Carrera informó que una expedición española comandada por el general Antonio Pareja, se dirigía desde Chiloé, Talcahuano y Concepción, rumbo a Santiago. Se pretendía por tanto organizar la resistencia a este ejército en la línea del río Maule.
La venida del general José Miguel Carrera a Curicó en abril de 1813, gatilló el deseo de Francisco Villota por conocerle e ir a esa villa en aquellos días para escucharle. Carrera informó que una expedición española comandada por el general Antonio Pareja, se dirigía desde Chiloé, Talcahuano y Concepción, rumbo a Santiago. Se pretendía por tanto organizar la resistencia a este ejército en la línea del río Maule.
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Francisco Villota, el guerrillero y héroe de Teno en la Independencia de Chile
En la cercanía de celebrar el próximo año el Bicentenario de la Independencia de Chile, con los preparativos propios en todas las comunas de nuestro país por tan representativa fecha que nos corresponde vivir, nos motiva como municipio y como ciudadanos teninos, a descubrir, recordar y proyectar en toda la comuna en este memorativo tiempo, la figura e impronta del personaje más destacado que ha tenido Teno en nuestro proceso independentista, lucha que iniciaron los padres de la Patria en 1810.
Se trata del joven guerrillero tenino, Francisco Lino Villota Pérez-Cotapos, cuya familia era dueña de la Hacienda Comalle e igualmente ésta un importante núcleo y linaje social de Santiago, donde su padre, Celedonio Villota, era un comerciante y destacado hombre público que adhería en la Colonia al bando realista, pues era español. Don Celedonio Villota fue incluso candidato a Vocal en la Primera Junta de Gobierno de 1810, siendo superado sólo por el coronel español, Francisco Javier Reina. Sin embargo, no toda su familia era partidaria del Rey y la Corona. Uno de ellos, su hijo Francisco, demostró ser posteriormente un ardiente y decidido patriota, en los momentos en que la Patria determinó su Independencia de España.
Se trata del joven guerrillero tenino, Francisco Lino Villota Pérez-Cotapos, cuya familia era dueña de la Hacienda Comalle e igualmente ésta un importante núcleo y linaje social de Santiago, donde su padre, Celedonio Villota, era un comerciante y destacado hombre público que adhería en la Colonia al bando realista, pues era español. Don Celedonio Villota fue incluso candidato a Vocal en la Primera Junta de Gobierno de 1810, siendo superado sólo por el coronel español, Francisco Javier Reina. Sin embargo, no toda su familia era partidaria del Rey y la Corona. Uno de ellos, su hijo Francisco, demostró ser posteriormente un ardiente y decidido patriota, en los momentos en que la Patria determinó su Independencia de España.
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